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7 razones por las que las aplicaciones móviles no sustituirán a los teléfonos con luz azul

Publicado originalmente por Campus Safety Magazine el 22 de enero de 2014.

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POR MICHAEL ZUIDEMA

No parece haber mucho que los teléfonos móviles no puedan hacer hoy en día.

Entre los mensajes de texto, las redes sociales, Internet, los juegos, el calendario, la cámara y las funciones de vídeo, a veces parece que lo último para lo que la gente quiere usar sus teléfonos móviles es para hacer llamadas de verdad. Ahora, sin embargo, hay una facción cada vez mayor de personas que presionan para que la seguridad y la protección no sólo se incluyan en la mezcla de comunicación, sino que actúen como un método primario para alertar a los primeros en responder durante una situación de emergencia.

No es de extrañar que la preponderancia del uso del teléfono móvil en lugares como los campus universitarios esté contribuyendo al rápido crecimiento de las aplicaciones móviles de seguridad que ponen en contacto a quienes llaman con la asistencia directamente desde sus teléfonos inteligentes. No cabe duda de que esta solución puede proporcionar una forma eficiente y eficaz de solicitar ayuda durante una emergencia, dada la prevalencia de los teléfonos móviles en la población actual.

De hecho, estos avances tecnológicos han hecho que algunos se pregunten si los colegios y universidades siguen necesitando sistemas de seguridad como los teléfonos de emergencia con luz azul en sus campus. No es difícil entender el razonamiento. Al fin y al cabo, ahora los teléfonos móviles pueden hacer casi de todo, ¿no? ¿Por qué gastar tiempo y recursos en un objeto fijo cuando un teléfono puede viajar en el bolsillo?

Pero, ¿cambiar los teléfonos con luz azul por teléfonos móviles es realmente un trato justo para los miles de estudiantes, profesores, empleados y visitantes que deambulan por el campus cada día? La respuesta es sencilla: No.

Los teléfonos de luz azul actúan como estaciones de seguridad integradas que proporcionan una amplia gama de soluciones de comunicación de emergencia, al tiempo que sirven para aumentar algo como una aplicación de seguridad móvil. Eliminarlos sería una decisión peligrosa y precipitada para los campus que buscan una solución de seguridad completa.

Los teléfonos de luz azul tienen una serie de ventajas sobre los teléfonos móviles, entre ellas:

1. Localización exacta: Los teléfonos con luz azul pueden ser una gran ayuda para los primeros intervinientes, que conocerán de antemano su ubicación en el campus y, por tanto, podrán determinar su paradero al instante de activarlos. Las aplicaciones móviles, sin embargo, utilizan con frecuencia la geotriangulación, que no siempre es precisa y puede no proporcionar una localización exacta. Los teléfonos de luz azul también proporcionan contacto directo con el personal de emergencia in situ, mientras que una aplicación móvil puede conectar con el 911, lo que significa que la ayuda podría estar a kilómetros de distancia del lugar de los hechos. Como sabemos muy bien, en una emergencia esos segundos extra pueden ser imprescindibles.

2. Durabilidad: Los teléfonos con luz azul están fabricados para ser lo suficientemente resistentes y duraderos como para soportar desde una ola de calor hasta un huracán y todo lo demás. También proporcionan una comunicación fiable cuando un alto índice de tráfico podría saturar las redes celulares. Cualquiera que haya intentado utilizar su teléfono móvil durante un gran acontecimiento deportivo o una tormenta sabe que un servicio constante no está garantizado. Ni mucho menos, de hecho, y eso antes de tener en cuenta las actualizaciones periódicas de software y los posibles problemas de conectividad de datos.

3. Altamente integrados: Aunque los pedestales de emergencia y las cabinas de llamada existen desde hace décadas, son mucho más vanguardistas de lo que podría sugerir el simple apelativo de "teléfono de luz azul". La mayoría de los sistemas del mercado actual son lo suficientemente sofisticados como para integrarse con altavoces de megafonía, software de notificación masiva, cámaras de vídeo, lectores de tarjetas, carcasas de desfibriladores externos automáticos (DEA), etc., como medidas adicionales de seguridad y protección.

4. Accesibles universalmente: Los teléfonos con luz azul están al alcance de cualquiera. Las aplicaciones móviles pueden resultar cómodas para quienes se han tomado la molestia de descargarlas y configurar su ubicación en un campus, pero eso no ayuda mucho a los padres o invitados que simplemente están de visita. Y aunque los teléfonos de luz azul pueden ser de vital importancia en situaciones potencialmente peligrosas, son igualmente útiles para servicios que no son de emergencia, como solicitudes de información, escolta en el campus a altas horas de la noche y asistencia en coche.

5. Altamente fiables: Los teléfonos con luz azul también eliminan un elemento de error humano de la ecuación. Aunque los teléfonos móviles son sin duda útiles en situaciones de emergencia, no hay garantía de que no se queden sin batería o de que no se olviden en la habitación o el coche de alguien. Además, las emergencias son situaciones muy estresantes y cualquier momento que se pase buscando un móvil puede tener consecuencias. En cambio, los teléfonos con luz azul simplifican las cosas: Pulsar el botón, alertar a los socorristas y recibir ayuda.

6. Finanzas: Es cierto que los teléfonos con luz azul requieren una inversión económica inicial, pero una vez instalados los costes de mantenimiento suelen ser muy bajos y son lo suficientemente duraderos como para durar años. Las aplicaciones móviles, sin embargo, pueden tener una cuota recurrente que se abona cada semestre y se basa en la matrícula del campus.

7. Tranquilidad: Un argumento popular contra la instalación de teléfonos de luz azul es que las investigaciones no avalan su inclusión en los campus. Eso suele ir unido a comentarios como "Nadie los usa" o "Las únicas llamadas que recibimos son bromas". Sin embargo, es difícil conciliar ese razonamiento con los comentarios de alumnos y padres, que a menudo citan la presencia de teléfonos de luz azul como un elemento disuasorio visible que les proporciona la tranquilidad de saber que se encuentran en un entorno seguro.

Esto puede parecer una comparación de manzanas y naranjas, pero la conclusión es que los campus no deberían verse obligados a elegir entre teléfonos con luz azul o aplicaciones móviles. No es una disyuntiva. El mejor método para un plan de seguridad integral es emplear tanto teléfonos de luz azul como aplicaciones móviles, junto con otras soluciones de comunicación de emergencia como altavoces de megafonía y software de notificación masiva, para un enfoque multicapa.

Aplicando una política de seguridad de varios niveles que incluya teléfonos con luz azul, aplicaciones móviles y mucho más, puedes garantizar que se vela por la seguridad de todos de la forma más completa posible. Y al final, si eso salva una sola vida o evita una sola violación, todo habrá merecido la pena.

Michael Zuidema es el Director de Comunicación de Code Blue.