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Utilización de sistemas de megafonía para mejorar la capacidad de notificación masiva

Publicado originalmente en el número de marzo de 2014 de la revista SP&T News.

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POR MICHAEL ZUIDEMA

Se podría argumentar razonablemente que los primeros sistemas de megafonía fueron creados por los antiguos griegos, que construyeron enormes anfiteatros con una acústica que garantizaba que las últimas filas oyeran la acción con la misma facilidad que las primeras.

Puede que la tecnología de los sistemas de megafonía haya avanzado considerablemente a lo largo de los siglos, pero la necesidad de una comunicación clara y eficaz con un público numeroso sigue siendo la misma, sobre todo en situaciones de emergencia.

Los sistemas de megafonía siguen siendo un tema candente en materia de seguridad. Según un estudio de 2013 de IMS Research, se espera que el mercado de la notificación masiva crezca un 30% y supere los 2.000 millones de dólares en 2017 en Norteamérica. El hardware de notificación masiva incluye sistemas de voz gigantes, dispositivos de notificación conectados a sistemas de seguridad contra incendios y de vida, teléfonos de emergencia de luz azul y, por supuesto, sistemas de megafonía.

Esta investigación se ve impulsada por el creciente número de altavoces de megafonía que pueden encontrarse en lugares como campus universitarios, instalaciones sanitarias, corporaciones, municipios, parques, playas, estadios, aeropuertos, metros y terminales de autobuses. La Universidad McMaster de Hamilton (Ontario), por ejemplo, acaba de incorporar a su infraestructura más de una docena de teléfonos de emergencia con luz azul y altavoces de megafonía integrados. La medida reforzará la capacidad de la universidad para comunicarse con la comunidad universitaria, tanto en el interior como en el exterior, y desde luego no son los únicos que hacen este tipo de inversiones.

Cuando se produce una emergencia, es vital disponer de un método que proporcione un contacto claro y eficaz con el público al que se quiere llegar. No hace mucho tiempo, era habitual encontrar un único amplificador de gran tamaño situado en el centro de un campus universitario que distribuía mensajes por una amplia zona y al que, en ocasiones, se aludía en broma como "la voz de Dios". Aunque sigue habiendo casos raros en los que ese enfoque puede funcionar, está lejos de ser la mejor manera de llegar a grandes grupos de personas. Entre los problemas más comunes figuran un volumen alto pero difícil de entender para la gente y las zonas de sonido limitado que surgen debido a las diferencias del paisaje.

En cambio, hay una serie de factores importantes que deben comprenderse para garantizar que no sólo se entienda su mensaje, sino que se difunda del modo más productivo posible. Si dedica el tiempo y la investigación necesarios a estos temas, tendrá la seguridad de haber implementado los medios de comunicación adecuados durante una emergencia.

Adopte un enfoque multicapa: Para establecer el entorno más seguro posible, un sistema de megafonía de calidad debe ser sólo una pieza del puzzle de la seguridad. Es importante incorporar medidas de seguridad adicionales para disponer de un plan completo de notificación masiva, que incluya teléfonos de emergencia con luz azul, funciones de correo electrónico y mensajes de texto, actualizaciones de redes sociales (Facebook, Twitter), canales RSS, sistemas de megafonía e interfonos. Es la forma más segura de garantizar que todas las bases están cubiertas y que estás proporcionando una solución integral de comunicación de emergencias.

La inteligibilidad es esencial: ¿De qué sirve un mensaje si nadie lo entiende? Las alertas que contienen demasiada estática, suenan metálico o están amortiguadas tienen un gran impacto negativo. Según la versión de 2013 del capítulo 24 de la NFPA 72, una norma importante en la notificación masiva, "es importante proporcionar un nivel de sonido distribuido con variaciones mínimas en la intensidad del sonido para lograr un mensaje de voz inteligible." Asegúrese de conocer todos los códigos y normativas nacionales o locales que puedan afectar a factores clave como la inteligibilidad y la instalación. En caso de emergencia, el mensaje debe ser entendido claramente por todos. El tiempo perdido intentando descifrar las instrucciones puede ser confuso y frustrante, por no decir peligroso.

Apueste por la integración: La integración de la megafonía con soluciones de seguridad como la videovigilancia, las alarmas antiincendios, la señalización digital, etc., reportará innumerables beneficios. También es muy importante tener en cuenta a las personas con discapacidad auditiva y visual con medidas de alerta adicionales, como luces estroboscópicas o sistemas de telebobina de bucle. Estas inclusiones también proporcionan versatilidad adicional a los primeros intervinientes, independientemente de si se trata de una situación de emergencia o no.

Encuentra la mejor ubicación: Ten en cuenta que determinadas formaciones (edificios, árboles, colinas, etc.) pueden afectar a la trayectoria del sonido. Trabaja con arquitectos e ingenieros para determinar la diferencia entre tus necesidades en interiores y exteriores y cómo eso determinará la ubicación adecuada. Lo que se necesita para un aparcamiento puede diferir mucho de lo que se necesita para un dormitorio o la entrada de una puerta.

Conozca a su público: Es fundamental que la gente sepa que existe un sistema de megafonía, pero no hay que abusar de él hasta el punto de ignorar mensajes importantes. Considere la posibilidad de educar a su público sobre cómo se utiliza el sistema y qué esperar en caso de emergencia. Incluso puede ser beneficioso obtener comentarios para comprender mejor cómo funciona y si sirve o no a sus propósitos.

Planifique el mensaje: Para evitar confusiones y retrasos durante una emergencia, establezca directrices que determinen quién está autorizado a redactar, entregar y enviar alertas. Aunque es imposible predecir sucesos como los tiroteos activos y las alertas meteorológicas graves, muchos otros pueden redactarse con antelación. Asegúrese de que existe un procedimiento operativo estándar.

Posibilidades de modernización: Si el hardware y el software existentes pueden actualizarse con la tecnología actual, es posible que pueda obtener algunos ahorros de costes. Sin embargo, es importante saber que los equipos con décadas de antigüedad pueden tener un impacto significativo en la fiabilidad y consistencia de un sistema. Si el equipo es antiguo, tiene que funcionar siempre que lo necesite.

Pruébalo con frecuencia: Esto parecerá obvio, pero al menos una vez al semestre hay que comprobar el sistema para asegurarse de que todo está en orden y funciona cuando lo necesitas. Obviamente, es un problema si algo aparece defectuoso o dañado durante una emergencia. También es una buena idea no tener mandos de volumen a disposición de personal ajeno a la seguridad para eliminar la posibilidad de que una alerta pase desapercibida.

Explore sus opciones: Un sistema de megafonía de calidad es más que un simple interfono. Debe ofrecer múltiples opciones en cuanto a matrices de altavoces, potencia, fuentes de alimentación, redundancia, control del ruido ambiental y mucho más. Tómese su tiempo para descubrir qué hay disponible y qué se adapta mejor a su ubicación.

Los tiempos y la tecnología pueden cambiar, pero la necesidad básica de comunicarse eficazmente con los demás sigue siendo la misma. Haciendo los deberes necesarios y estudiando todas las opciones, puede estar seguro de haber obtenido el sistema de megafonía adecuado.

Michael Zuidema es Director de Comunicación de Code Blue Corporation.