Este artículo se publicó originalmente en la edición de mayo de 2016 de American Security Today.
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POR MICHAEL ZUIDEMA
La seguridad será probablemente un reto eterno para las ciudades y los grandes entornos municipales. Si se mitiga una situación potencialmente peligrosa, parece surgir otra nueva en un instante. Es una progresión cuesta arriba que no parece tener fin a la vista.
En cualquier caso, es vital ser continuamente proactivo para reforzar la seguridad de estas comunidades bulliciosas y vibrantes. Desde calles céntricas, centros comerciales y parques hasta instalaciones corporativas, estadios y aparcamientos, los entornos urbanos requieren una gran variedad de soluciones de seguridad para satisfacer sus exigentes y cambiantes necesidades.
Teniendo esto en cuenta, muchos municipios han adoptado la implementación de sofisticadas opciones de comunicación de emergencia que están disponibles para que cualquiera pueda utilizarlas en cualquier momento del día. Por ejemplo, alojar un altavoz manos libres en una carcasa duradera tanto en interiores como en exteriores no solo ofrece un alto nivel de durabilidad que resistirá a los vándalos, las condiciones meteorológicas intensas y otras formas de abuso, sino que proporciona una comunicación bidireccional fiable con los primeros intervinientes, que pueden reaccionar a una solicitud de ayuda de manera eficaz.
Las ventajas no tienen por qué acabar ahí. Muchos recintos disponibles en el mercado pueden incorporar fácilmente equipos de seguridad adicionales, como cámaras de vigilancia, sistemas de megafonía, carcasas para dispositivos desfibriladores externos automáticos (DEA), zonas de refugio, puntos de reunión y mucho más. También tienen la capacidad de integrarse con soluciones de software adicionales de gestión de vídeo y control de accesos para proporcionar a las ciudades más flexibilidad al darles la posibilidad de vincular diferentes sistemas de seguridad entre sí, maximizando así el rendimiento de la inversión y proporcionando escalabilidad para futuras ampliaciones y actualizaciones.
Como resultado, los dispositivos de comunicación de emergencia ofrecen otro nivel de seguridad que puede recuperar lugares potencialmente peligrosos aumentando la visibilidad y sirviendo de faro para quienes lo necesiten. Esto es muy útil en las grandes ciudades, donde los rascacielos y otros elementos estructurales crean espacios reducidos y líneas de visión limitadas, y las instalaciones pueden ser tan grandes y extensas que es económicamente insostenible tener una fuerza de seguridad tripulada capaz de cubrir perpetuamente todo el lugar a todas horas del día. Los dispositivos de seguridad física pueden servir como los ojos y oídos necesarios para ayudar a las personas en apuros y dirigir a las fuerzas de seguridad a las zonas más necesitadas. Además, al estar instalados en lugares fijos, pueden ayudar a los primeros intervinientes a localizar con mayor precisión las zonas en las que se solicita ayuda.
Además de dar a la gente la posibilidad de avisar rápidamente a las autoridades en situaciones de emergencia, la versatilidad de los dispositivos de seguridad física puede utilizarse para una serie de situaciones que no son de emergencia, como un conductor que pide ayuda después de haberse quedado las llaves dentro del coche o un turista que pregunta por una dirección. Varios altavoces de emergencia están equipados con cierres de contacto que pueden ayudar en la comunicación con puertas de acceso y portones.
A medida que el personal de seguridad sigue desempeñando un papel integral en la satisfacción de los visitantes, las autoridades contemplan las ventajas ligadas a disponer de múltiples canales de comunicación para relacionarse con quienes se encuentran en sus instalaciones. La simple instalación de un dispositivo duradero y visible puede contribuir en gran medida a mejorar la experiencia desde el punto de vista del servicio al cliente, por no hablar de las situaciones de riesgo vital que puedan suponer una amenaza más grave. De este modo, si se ve o se necesita algo, hay una forma discreta de decirlo.
Al colocar dispositivos de seguridad física en lugares populares y visibles, las ciudades ofrecen a sus ciudadanos un medio para buscar ayuda dondequiera que vayan, siempre que la necesiten. Esto da a las personas la tranquilidad de un entorno seguro, lo que puede contribuir en gran medida a aumentar la reputación de una región. Por ejemplo, según un estudio publicado por la Fundación Internacional de Oficiales de Protección, la razón número uno por la que la gente compraba en un lugar en comparación con otro era la seguridad. Si un cliente no se siente seguro en una tienda, lo normal es que se marche y compre en otro sitio, posiblemente en otra ciudad.
Las ciudades se dedican a proteger a todos los que cruzan sus calles, ya sean residentes o estén de paso. La seguridad es un paisaje en constante cambio, que obliga a las autoridades a ajustarse y adaptarse continuamente a las nuevas amenazas y escenarios. La incorporación de dispositivos de seguridad física es una forma de que las localidades municipales se aseguren de que la gente sepa que siempre hay ayuda disponible.
Michael Zuidema es el Director de Operaciones de Marketing de Code Blue Corporation.