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La seguridad en el campus

Este artículo fue publicado originalmente por la revista School Construction News.

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POR MICHAEL ZUIDEMA

Desde los informes más recientes de violencia en la Universidad de Penn State y la Universidad de Virginia hasta los horrores no tan lejanos de Virginia Tech, las instituciones educativas siguen aprendiendo lo importante que es contar con políticas integrales de seguridad y protección.

Un enfoque pasivo de la seguridad en el campus ya no es suficiente, no si una universidad quiere cumplir las normas del Título IX y de la Ley Clery. No cuando se calcula que una de cada cuatro mujeres sufre una agresión sexual en algún momento de su vida escolar o universitaria. Y no cuando el miedo a un tirador activo sigue vivo.

Por ello, cada vez son más las instituciones que adoptan las medidas necesarias para que todos disfruten de la tranquilidad de un entorno seguro. Entre esas iniciativas está aumentar la visibilidad de los sistemas de seguridad, sobre todo en lo que se refiere a la iluminación exterior y las comunicaciones de emergencia.

Por ejemplo, un consejo juvenil de Charlottesville (Virginia), que interviene regularmente en asuntos que afectan a la comunidad, empezó a distribuir una petición a principios de diciembre para que la ciudad instale teléfonos de emergencia con luz azul en el distrito comercial del centro.

"Creo que entienden que el valor de los teléfonos puede ser más simbólico que práctico, pero la investigación que han realizado ha demostrado que cuando hay teléfonos con luz azul es menos probable que se produzcan delitos", declaró un estudiante al Charlottesville Tomorrow.

Cada vez son más las instituciones proactivas a la hora de dar a conocer los protocolos de seguridad disponibles en sus centros.

La Universidad de Massachusetts organizó recientemente un acto "Walk for Light" (Paseo por la luz), en el que se destacaron problemas como la iluminación y los arbustos y árboles crecidos, mientras que el Instituto de Tecnología de la Universidad de Ontario lanzó una campaña contra el acoso sexual "Yes Means Yes" (Sí significa sí), centrada en la capacitación de las personas y que incluía un renovado énfasis en la ayuda que pueden prestar los teléfonos de luz azul. La Universidad de Tennessee hizo hincapié en el uso de los puntos de ayuda después de que una estudiante fuera manoseada mientras hacía footing en el campus, y la Universidad Estatal de Fort Hays, en Kansas, ha celebrado paseos anuales por la seguridad en los que se destacan las zonas del campus que no están bien iluminadas y pueden necesitar quioscos de emergencia.

La Universidad Central de Michigan incluso organizó en 2013 una carrera Blue Light Fun Run que llevó a los participantes a los teléfonos de emergencia del campus para concienciarlos.

Los teléfonos con luz azul, sobre todo los modelos de torre o pedestal, han resurgido en popularidad en los últimos años por varias razones:

  • Gran visibilidad: Las luces estroboscópicas LED y las luces de área facilitan la identificación visual a la vez que sirven como elemento disuasorio para la delincuencia, una característica clave que no siempre se consigue con las cámaras de vigilancia, que a menudo se mimetizan con el entorno o son ignoradas.
  • Comunicación bidireccional: Los teléfonos móviles son cada vez más sofisticados, pero no son una tecnología perfecta. Los teléfonos con luz azul no se bloquean, no pierden llamadas ni se quedan sin batería, lo que garantiza un enlace fiable con los primeros intervinientes cuando se necesita ayuda.
  • Centro de seguridad: Los armarios suelen tener capacidad para albergar algo más que teléfonos de emergencia, con elementos como altavoces de megafonía, cámaras de vigilancia, lectores de tarjetas y desfibriladores externos automáticos que crean puntos finales avanzados dedicados a la seguridad.
  • Más que emergencias: Mucha gente piensa que el único momento para utilizar los teléfonos de luz azul es cuando hay que denunciar a un individuo sospechoso, un incendio o emergencias sanitarias. Pero también pueden resultar útiles cuando se trata de situaciones como problemas con el coche, mal funcionamiento de las puertas de aparcamiento o solicitud de escolta nocturna.

A mediados de octubre, un estudiante de la Universidad de California en Berkeley descubrió lo útiles que pueden ser esa versatilidad y esa visibilidad. Después de que dos hombres le robaran, el estudiante utilizó rápidamente uno de los muchos teléfonos con luz azul repartidos por el campus de 1.200 acres de la universidad para ponerse en contacto con la policía, que pudo detener rápidamente a los dos sospechosos y devolverles los objetos robados.

Durante un seminario web celebrado en 2014 sobre el tema de la seguridad escolar, Bill Elvey, vicerrector asociado de planificación y gestión de instalaciones de la Universidad de Wisconsin-Madison, afirmó que los teléfonos con luz azul siguen desempeñando un papel importante en los campus universitarios.

"Creo que son necesarios en cierta medida, aunque sólo sea por la percepción pública", dijo Elvey. "Cuando los padres y los visitantes vienen a nuestro campus, esperan ver esas cosas y reconocen que cuando están fuera eso connota un campus seguro y protegido".

Independientemente de la tecnología, establecer un sistema de seguridad visible es sólo un paso fácil pero necesario para los colegios y universidades que desean crear un entorno seguro. Pero el trabajo no termina con la instalación. Si no se actualiza e informa continuamente a una población estudiantil en constante cambio, las instituciones seguirán librando una ardua batalla en lo que respecta a la seguridad del campus.

Michael Zuidema es Comunicaciones Manager de Code Blue Corp.